A través de una descripción poética y cotidiana, nos sumergimos en la vida de una humilde familia, envuelta en un entorno de belleza sencilla y fragilidad constante. Con delicadeza, el autor construye una atmósfera en la que el lector se desliza casi con confianza, hasta que, en el golpe final, introduce la sombra de una tragedia ineludible. Esa revelación inesperada no solo sorprende, sino que resignifica todo lo anterior, llenando de tensión lo que parecía ser un simple retrato de vida. ¡Genial la maestría narrativa de Huidobro combinando lo lírico con lo inquietante!
Reconozco que el relato está muy bien escrito y la descripción de esa familia aislada y solitaria, necesaria por otro lado para que pueda funcionar el sistema, deprime un poco. La idea que plantea al final de que a la criatura la matará un tren, es tan terrible que te preguntas porque no se van de allí y alejan ese dolor. Muy deprimente.
Puff! Para mí muy intenso el relato. La casa desvencijada, la montaña cruje, la figura vulnerable del guardagujas, todas solitarias como sus vidas mismas; ajenas a las continuas historias y destinos que los trenes traen y llevan. La niña vive feliz con lo que tiene, no conoce otra cosa. Por no saber, no sabe que cada uno tenemos un destino.
A través de una descripción poética y cotidiana, nos sumergimos en la vida de una humilde familia, envuelta en un entorno de belleza sencilla y fragilidad constante.
ResponderEliminarCon delicadeza, el autor construye una atmósfera en la que el lector se desliza casi con confianza, hasta que, en el golpe final, introduce la sombra de una tragedia ineludible.
Esa revelación inesperada no solo sorprende, sino que resignifica todo lo anterior, llenando de tensión lo que parecía ser un simple retrato de vida.
¡Genial la maestría narrativa de Huidobro combinando lo lírico con lo inquietante!
Reconozco que el relato está muy bien escrito y la descripción de esa familia aislada y solitaria, necesaria por otro lado para que pueda funcionar el sistema, deprime un poco. La idea que plantea al final de que a la criatura la matará un tren, es tan terrible que te preguntas porque no se van de allí y alejan ese dolor. Muy deprimente.
ResponderEliminarPuff! Para mí muy intenso el relato.
ResponderEliminarLa casa desvencijada, la montaña cruje, la figura vulnerable del guardagujas, todas solitarias como sus vidas mismas; ajenas a las continuas historias y destinos que los trenes traen y llevan.
La niña vive feliz con lo que tiene, no conoce otra cosa. Por no saber, no sabe que cada uno tenemos un destino.