El protagonista alcanza un récord insólito (demostrando que incluso las conducta más trivial pueden contener una historia digna de ser contada).
El relato explora los límites de lo absurdo y lo cotidiano, donde el anhelo por captar un instante insignificante se transforma en una odisea de obsesión, perseverancia y, finalmente, reconocimiento.
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Los Récords Guinness son ese escaparate brillante donde la humanidad demuestra que, cuando se lo propone, puede dedicar tiempo, esfuerzo y creatividad a... absolutamente nada útil.
ResponderEliminarDesde quien decide "apilar tortugas de gominola con los pies" hasta el campeón mundial de "mirar fijamente a una pierna sin pestañear", los récords son una oda al sinsentido más elaborado. Porque, ¿qué sería del mundo sin alguien que dedique su vida a descubrir cuánto pan de molde puede meterse en la boca?
Me produce la misma sonrisa que cuando anuncian en los medios otros records igualmente insólitos y absurdos. La diferencia está en que, cuando lo hacen los medios, dan respetabilidad a la estupidez.
ResponderEliminarPor otra parte, ¿Cuanto hay de delirio individualista en estos comportamientos?
Absurdo total. Ni siquiera me he sonreído al leerlo. Aunque el personaje del relato estaba orgulloso de su récord. Qué simples somos.
ResponderEliminarLo absurdo es difícil de entender. Es como el humor negro.
ResponderEliminarEstos relatos solo se les lee y se les reconoce a los escritores profesionales. ¡Si lo llego a escribir yo, me caen tomates!