Cuando las palabras se encuentran con los secretos... puede emerger
una desconexión entre la doctrina y la realidad humana.
A muchos de nosotros, este relato nos remite a la realidad de la España franquista con la omnipresencia de la Iglesia Católica en la vida cotidiana, especialmente en la educación moral de los jóvenes.
Rituales religiosos como la confesión eran impuestos desde la infancia como mecanismos de control, orientados a formar conciencias disciplinadas y sumisas.
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La ironía implícita en la búsqueda de "pecados" por parte de la protagonista pone de manifiesto el vacío y la superficialidad con que muchas veces se vivían estas prácticas, revelando el escaso éxito de estos intentos por imponer comportamientos ideales. Además, el detalle de querer impresionar al cura joven subraya el desajuste entre las rígidas normas de conducta promovidas por la Iglesia y las emociones y curiosidades naturales de los niños.
ResponderEliminarEl relato, en su sencillez, retrata cómo el peso de las expectativas religiosas no lograba borrar las pequeñas rebeldías ni los deseos personales que seguían latiendo bajo la superficie de la uniformidad social.
Efectivamente , este relato deja una clara fotografía de una educación "castradora" en los colegios religiosos, en este caso, a a unas niñas que se veian en la necesidad de inventar pecados para purificar conciencias. Increible .
ResponderEliminarRelato muy bien escrito, conciso.
Más que cuento, parece un retacito de vida, corto; corto como el tiempo transcurrido en una confesión quizá sin pecado, como la suya.
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