Lo extraordinario se mezcla con lo cotidiano, y una sirena se convierte en el centro de una trama cargada de simbolismo, deseos humanos y juicios morales.
La sirena se convierte en un espejo de nuestras contradicciones, donde la fascinación por lo sublime convive con una cierta dificultad por respetar lo que es diferente.
Puede que este cuento refleje la dualidad de nuestra naturaleza: la capacidad de maravilla ante lo extraordinario, pero también nuestra tendencia a cosificar y someter aquello que no comprendemos. Las pasiones humanas —el deseo, la avaricia, la curiosidad y la crueldad— se entretejen en el relato, exponiendo cómo, frente a lo desconocido o bello, podemos actuar tanto con admiración como con explotación.
Muy buen relato de Clara Obligado. Personalmente me traslado a la actualidad del caso sobre Gisele Pelicot en la que el marido la exhibe para que sea violada. Igual que el pescadero exhibe a la sirena (quizá estoy muy mediatizada).
Puede que este cuento refleje la dualidad de nuestra naturaleza: la capacidad de maravilla ante lo extraordinario, pero también nuestra tendencia a cosificar y someter aquello que no comprendemos.
ResponderEliminarLas pasiones humanas —el deseo, la avaricia, la curiosidad y la crueldad— se entretejen en el relato, exponiendo cómo, frente a lo desconocido o bello, podemos actuar tanto con admiración como con explotación.
Muy buen relato de Clara Obligado. Personalmente me traslado a la actualidad del caso sobre Gisele Pelicot en la que el marido la exhibe para que sea violada. Igual que el pescadero exhibe a la sirena (quizá estoy muy mediatizada).
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