La progresión del relato sigue una lógica absurda pero inquietantemente realista...
El remate final introduce un nuevo personaje, Pepito, lo que sugiere que la cadena de represalias está lejos de terminar.
La violencia genera más violencia y los conflictos, si se dejan sin resolver de manera justa, pueden perpetuarse indefinidamente.
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Este relato es hoy sorprendentemente actual: donde los conflictos locales y globales parecen escalar con la misma lógica absurda que en el cuento.
ResponderEliminarEn un mundo donde las tensiones internacionales están al límite, la historieta nos recuerda que muchas veces la guerra empieza por razones absurdas y que sus consecuencias pueden ser devastadoras e impredecibles.
En el ambiente cuasi bélico de hoy, donde las guerras y conflictos diplomáticos se retroalimentan con alianzas estratégicas, sanciones y amenazas, el cuento refleja la fragilidad del orden mundial.
En definitiva, puede que sea una advertencia sobre la escalada de conflictos, la falta de mecanismos de resolución pacífica y cómo el poder y las conexiones pueden pesar más que la justicia.
Todo puede pasar. Quizás un conflicto menor, puede desencadenar otro que nadie podrá parar. Los seres humanos tenemos conductas, tan o más absurdas, que las de este cuento. Quizás podríamos pararnos a pensar.
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